26 de septiembre de 2010

Anarquía

  • No puedo salir de casa sin esconder algunas pertenencias, porque ya han robado a los vecinos de un lado, del otro y de enfrente.
  • No puedo atender llamadas de números que no estén almacenados en mi directorio telefónico porque puede ser un manipulador. 
  • No puedo confiar en lo que escucho ni en lo que veo.
  • No puedo andar en ningún lado con tranquilidad.
  • No puedo detenerme a platicar trivialmente con quien sea.
  • No puedo escuchar el timbre de casa sin antes fijarme por las rendijas de las persianas de quién se trata.
  • No puedo salir a atender a desconocidos.
  • No puedo quedarme tranquilo al salir de la ciudad.
  • No puedo confiar en los vecinos.
  • No puedo siquiera tener tranquilidad mientras viajo a Guadalajara porque ahora asaltan a los particulares.
  • No puedo andar afuera hasta tarde.
  • No puedo dejar el carro en cualquier estacionamiento.
  • No puedo dejar de temer que los datos que proporciono en cualquier situación podrían ser mal usados.
  • No puedo evitar que se me amargue el estómago ante cualquier sospecha de amenaza.
  • No puedo pasar un día sin ver a una persona alcoholizada o drogada.
  • No puedo tener clases decentes en mi escuela. Sí, aunque sea de paga, apesta.
  • No puedo dejar de pensar que cualquier llamada van a ser malas noticias.
  • No puedo confiar en la policía municipal.
  • No puedo andar en carro por las calles porque están en pésimas condiciones.
  • No puedo cruzar las calles en vueltas contínuas porque los conductores no respetan a los peatones.
  • No puedo encontrar estacionamiento, y si lo encuentro es porque el parquímetro no sirve.
¿Y quién atiende este negocio?

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